UNA VUELTA NOSTÁLGICA A ITALIA

A comienzos del siglo XX, algunos inmigrantes volvían de visita a la patria lejana. Era un viaje que muchos realizaban para volver a ver, por última vez, su tierra natal y la familia de origen. Este viaje, lo podían hacer en momentos de cierta estabilidad económica, comúnmente en edad más avanzada.
Se hacía en tren desde Los Andes, y luego de haber alcanzado hasta Buenos Aires, no eran menos de veinticinco días los que tomaba un transatlántico para llegar a Génova.
Parece que esa había sido la experiencia de un destacado inmigrante italiano, radicado en Los Andes. En la Combinación Internacional del Trasandino del jueves 8 de junio de 1911, partía rumbo a Italia en visita familiar y de placer, el Agente Consular de Italia en Los Andes, el conocido comerciante Juan Bautista Lanzarotti. El domingo 4, a las 19:00 horas, se le ofreció un banquete de despedida en el Hotel Sud Americano, por parte de la colonia italiana, evento que se desarrolló en medio de un ambiente de franca y cordial alegría. La manifestación fue ofrecida por el industrial de la madera Juan B. Casarino, cuyas palabras fueron respondidas con una brillante improvisación del festejado. Luego, hizo uso de la palabra, el Gobernador del Departamento de Los Andes, Alberto Basterrica Herrera, al que siguió Juan de la Cruz Fleita.
Juan Bautista Lanzarotti fue un distinguido miembro de la comunidad italiana andina, ocupando por largos años ese honroso cargo al servicio del Reino de Italia y de sus compatriotas dejando muy en alto el nombre de su patria entre los andinos. Poseía un almacén en la esquina suroriente de las calles General del Canto y con Avenida Independencia. La que fue su casa, en la misma calle General del Canto, todavía ostenta el escudo del Reino de Italia en el coronamiento del portal de acceso a la residencia.
Volver