ITALIANOS ANDINOS CONTRIBUYENDO A LA CAMPAÑA DE AFRICA

La invasión italiana de Etiopía, también llamada Segunda guerra ítalo-etíope, fue un conflicto armado de siete meses de duración, que se libró entre octubre de 1935 y mayo de 1936 por iniciativa del gobierno de Benito Mussolini. La intención italiana era expandir sus dominios para rehacer su imperio. La Sociedad de Naciones fue ineficaz para detener la ofensiva e impedir el aplastamiento del ejército etíope del Emperador Haile Selassie.
Cien mil efectivos italianos atacaron el territorio etíope el día 3 de octubre de 1935. Lo hicieron desde varios frentes al mando del mariscal De Bono y del general Graziani. De Bono lo hizo desde Eritrea y el segundo, desde Somalía. Ambos territorios eran, por entonces, colonias italianas. Ante el lento avance de las tropas del primero, Mussolini, lo reemplazó por el general Pietro Badoglio.
A pesar de una intensa resistencia, las tropas etíopes, aunque pudieron demorar el avance italiano por varias semanas, no pudieron resistir con éxito el embate de tropas equipadas con armamento moderno. Por ejemplo, los etíopes usaban mensajeros en lugar de comunicaciones radiales.
El 2 de mayo de 1936, el Emperador etíope se vio forzado a abandonar su país. El 5 de ese mes, las tropas de Badoglio entraron victoriosas en Addis Abeba.
En ese contexto, los italianos repartidos en el mundo se activaban en apoyo de su país. El 22 de diciembre de 1935, a las 14:00 horas, los residentes italianos en Los Andes, se reunían en el Salón de Honor del Círculo Italiano para “conmemorar las donaciones de sus argollas matrimoniales y otros objetos de valor que sus miembros han hecho para ayudar a su patria en la Campaña de África”.
A su vez, uno de los italianos de Los Andes, Juan Andreucci, antes de partir a América, hizo su servicio militar en Italia, debiendo participar en la Campaña de África. Posteriormente, Juan viajó a Chile, donde trabajó dura y esforzadamente, creando una gran familia, dejando testimonio de su calidad humana como persona y como comerciante. Sus restos, reposan en nuestra tierra andina.
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